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martes, 2 de marzo de 2021

MÁS ALLÁ DE LA CIENCIA: LA MARIPOSA MONARCA

 

Detalle del mural del departamento de ciencias del IES Miguel Crespo. Autor: Antonio Luis García-Atance Huete

    La mariposa monarca, Danaus plexippus plexippus, es un lepidóptero viajero. Desde 1985 sabemos, gracias al trabajo del matrimonio Fred (1911-2002) y Nora (1918-2009) Urquhart y la colaboración de miles de voluntarios, que estas mariposas pueden recorrer hasta 4.000 kilómetros desde el NE de EEUU y Canadá, hasta sus cuarteles de invierno en los bosques de oyameles (abetos) y pinos de México Central, y regresar después a sus lugares de origen en primavera-verano, para reproducirse. No se sabe exactamente cómo se orientan. Tal vez hereden los patrones de vuelo, basados en una mezcla de ritmos circadianos y la posición del sol en el cielo, detectada mediante sus antenas. 

    La mariposa representa la belleza de la Naturaleza, fuente de inspiración de artistas y escritores, por ejemplo. El descubrimiento de sus rutas migratorias nos demuestra que la ciencia es una empresa colectiva, al servicio de todos los seres humanos, sin distinción de fronteras. Finalmente, el mantenimiento de sus poblaciones y de la biodiversidad en general, ante el reto del calentamiento global y el deterioro de los ecosistemas, es un deber moral para científicos, políticos y ciudadanos y constituye, junto con otros principios morales, una ética universal que debe orientar la ciencia y la política, con el fin de mantener las mayores cotas de felicidad, bienestar y solidaridad entre los seres humanos, sustentada sobre el respeto a todas las formas de vida que constituyen la biosfera.

"Salida de la nave con alas ", del pintor surrealista Vladimir Kush (1965). Fuente: https://www.copiamuseo.com/reproduccion-de-dos-obras-de-vladimir-kush/   


TEXTO DEL CUADERNO: MURAL DEL DEPARTAMENTO DE CIENCIAS NATURALES DEL IES MIGUEL CRESPO

LA TEORÍA NEURONAL DE RAMÓN Y CAJAL

 

Detalle del mural del departamento de ciencias del IES Miguel Crespo. Autor: Antonio Luis García-Atance Huete

    Ramón y Cajal (1852-1934) y Camilo Golgi (1843-1926) recibieron el premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1906, por su contribución al conocimiento del tejido nervioso. Pero no eran colaboradores. Ambos defendían hipótesis opuestas respecto a la organización del sistema nervioso. El italiano Golgi, que ideó el método perfecto para teñir células nerviosas, postulaba que la estructura del sistema nervioso era reticular, con sus células (las neuronas) totalmente conectadas a través de sus prolongaciones. El español, con un método de tinción semejante al de Golgi, pero algo más refinado, defendía la teoría neuronal, vigente en la actualidad, en la que las células se encontrarían estrechamente interconectadas, constituyendo unidades independientes. 

    La teoría de Ramón y Cajal describe cómo fluye la información por el cerebro. Las neuronas son unidades individuales que se comunican unas con otras de manera direccional a través del espacio entre ellas, la sinapsis de Sherrington (1857-1952), al enviar información desde unos largos apéndices llamados axones hacia las dendritas ramificadas. Él no podía ver los huecos entre las neuronas, pero se atrevió a decir que ese pequeño espacio es el lugar donde se ubica lo que pensamos, lo que recordamos y lo que creamos. Un adelantado a todo lo que estaba por llegar.
 
Dibujo realizado por Cajal para ilustrar las células piramidales impregnadas con el método de Golgi. "Pirámide gigante profunda de la región motriz del hombre de treinta años. a, axón; b, dendritas (…) d, colaterales (axónicas)." (Cajal 1899b, 1904, figura 690). Las neuronas piramidales están en la corteza cerebral, la parte exterior del cerebro que procesa nuestros sentidos, controla la actividad motriz y nos ayuda a realizar funciones cerebrales superiores.

TEXTO DEL CUADERNO: MURAL DEL DEPARTAMENTO DE CIENCIAS NATURALES DEL IES MIGUEL CRESPO